“No puedo, me da miedo”…
…es una frase tan común que, seguramente, todos recordaremos haberla pronunciado en algún momento de nuestra vida. También los que hemos experimentado el coaching tenemos miedos.
Y es que el temor es todo aquello que nos paraliza pero, también nos hace sentir vivos.
El problema no es tener miedos, el verdadero problema es actuar como si no lo tuviésemos porque, así, es como la sociedad nos ha dicho que debemos ser.
Aunque, para ser sincero, yo ya me cansé de ser como quieren que sea y, ahora, prefiero nadar a contracorriente.
Nadar a contracorriente…
Yo también he sentido como el miedo viajaba por mí y no me dejaba avanzar. He sentido barreras que me decían que no las podría superar, pero lo hice.
Superar nuestros miedos y salir de nuestra zona de confort nos hace sentirnos realmente bien y, para ello, creo que el paso principal es el atrevimiento, pero siempre siendo conscientes de que cometeremos errores.
Nos equivocaremos una y mil veces, pero no podemos temer a los fallos, porque sino, nunca podremos aprender de ellos.
Todo se reduce a tu mente. A saber lo que quieres y por qué lo quieres. Si te convences de que los miedos puede ser tu acompañante, sin sentirte amenazado por él, ya llevarás mucho camino recorrido. El miedo es natural, solo debemos tratarlo de la misma manera, con naturalidad.
Ahora que nado a contracorriente, me doy cuenta de que hay momentos en los que cuesta avanzar y que el agua está verdaderamente fría pero, también, he aprendido a superarme y eso hace que sea mucho más feliz. He crecido como persona, me he conocido a mi mismo y hasta me he introducido en el coaching, que son las aletas que me ayudan a avanzar en este mar.
«El coaching son las aletas que me ayudan a avanzar en este mar»…
El coaching me dio miedo al principio pero acabó siendo uno de los factores diferenciales que me ayudó a atreverme a hacer todo aquello que no era capaz de hacer, que me ayudó a ser mejor persona y me enseñó que las únicas barreras de la vida son las que te pones tú.
También, me enseñó que lo errores no son malos sino una oportunidad para aprender y ahí me hallo, aprendiendo. Porque tanto el coaching como los miedos precisan de un aprendizaje.
Y tú, ¿te vienes nadar conmigo?
Escrito por: Jorge González Bustillo
Estudiante de Periodismo de la Universidad Europea del Atlántico